El Valle de Guadalupe produce excelentes vinos y saber elegir los mejores es un arte en el que queremos ayudarte con esta guía.
Un poco de historia
Los grandes vinos de México provienen del Valle de Guadalupe, un espacio situado entre las entidades municipales que tienen por cabeceras a las ciudades de Tecate y Ensenada en el estado de Baja California.
Varios afortunados factores geográficos y climatológicos se juntaron en esta zona de la Península de Baja California, entre el Mar de Cortés y el Océano Pacífico, para su desarrollo vitivinícola.
Aunque de manera genérica se habla del Valle de Guadalupe, en realidad son varios valles encadenados que cuentan con microclimas apropiados para el cultivo de la uva noble.
Similarmente a la región mediterránea europea, la bajacaliforniana es también una tierra bañada por la brisa del mar, con veranos secos, condiciones de la tierra, calidad de las aguas y otros atributos exigidos por los buenos viñedos.
Por ello, el Valle de Guadalupe es el lugar por excelencia en México para sumergirse en el deleite visual, olfativo y gustativo que solo proporciona un buen vino idóneamente maridado.
Al hablar de la historia del vino en el Valle de Guadalupe, es indispensable referirse a L.A. Cetto, la casa vinícola de mayor tradición en el valle y en el país.
Todo comenzó hace casi 90 años, hacia 1928, cuando un italiano procedente de Trentino-Alto Adigio, Don Angelo Cetto, tuvo la visión de apreciar el potencial de la península mexicana para la uva de calidad.
Don Ángelo levantó su primera y modesta bodega, comenzando lo que llegaría a ser un emporio que cuenta actualmente con 1.200 hectáreas de viñedos y grandes caldos en todas las categorías.
La mejor manera de elegir
La mejor manera de elegir un buen vino del Valle de Guadalupe es muy sencilla: hay que degustarlos. Será muy difícil probarlos todos, por lo que habrá que atender a la opinión de los especialistas en cuanto a los vinos más destacados de cada bodega, sea esta grande, mediana o pequeña.
La mayoría de las grandes bodegas ofrecen tours que combinan el conocimiento del proceso vitivinícola con la degustación.
Entre las grandes bodegas del Valle de Guadalupe, que cuentan con una producción industrial de vino a través de procesos rigurosamente controlados para asegurar la calidad de sus productos, están L.A. Cetto, Santo Tomás y Monte Xanic.
La Bodega de Santo Tomás tiene el mérito de haber sido el primer fabricante de vino el valle, aunque a muy pequeña escala, cuando los monjes dominicos decidieron en 1888 hacer en México el vino de consagrar que regularmente venía de España.
Monte Xanic cuenta con unas hermosas instalaciones y, al igual que L.A. Cetto y Santo Tomás, acepta degustaciones sin cita previa
Pero como las grandes creaciones no son patrimonio exclusivo de las empresas grandes, también entre las bodegas medianas y pequeñas del valle pueden encontrarse grandes vinos.
Entre esa nutrida representación de productores a escala media y chica hay que mencionar a Adobe Guadalupe, Vinícola del Sol, Decantos, Alximia, Villa Montefiori, Torres Alegre, Bodegas F. Rubio, Casa Vintango, La Carrodilla y Vinícola Lechuza.
Los mejores blancos
En el mundo de los blancos, L.A. Cetto ofrece una línea integrada por Fume Blanc, Blanc de Blancs, Chardonnay y Chenin Blanc. Igualmente, en su Reserva Privada, la célebre bodega cuenta con un excelente Chardonnay, y con el Viognier en la Selección Privada Don Luis.
El Viognier es el portaestandarte blanco de L.A. Cetto y es un vino fresco parecido a su par del Ródano en los años poco soleados. No tiene paso por barrica y presenta un perfil hierbal y a frutas cítricas. Ha recibido varios galardones internacionales.
Monte Xanic ha tenido un acierto con el Chenin Colombard, un blanco de baja salinidad que evoca frutas tropicales en nariz y en boca. Es un vino fresco, sin periodo de barrica, con buena acidez y un toque a miel. Se recomienda acompañarlo con ensaladas, carpaccios de pescado y aves.
El vino Flor de Guadalupe Blanc de Blancs es la estrella blanca de la Bodega Chateau Camou del Valle de Guadalue, producto de una afortunada mezcla de uvas Chenin Blanc, Sauvignon Blanc y Chardonnay.
En boca y nariz recuerda frutas como la manzana verde y la guayaba y se recomienda maridarlo con ceviches, ensaladas y aves.
Solo una trilogía de vinos del Valle de Guadalupe que te permitirán gozar por todo lo alto de la frescura de los blancos afrutados de la península bajacaliforniana.
Los mejores tintos
La amplia variedad de vinos rojos de L.A. Cetto proviene de Cabernet Sauvignon, Petite Sirah, Zinfandel, Espaldera y Lyra. Los tintos de las Reservas Privadas de la casa son dos, un Cabernet Sauvignon y un Nebbiolo. La Selección Privada Don Luis está formada por los tintos Concordia, Terra y Merlot.
La nueva bodega Vinícola del Sol ha sorprendido en Ensenada con un formidable producto, el Santos Brujos, un tempranillo criado por Reynaldo Rodríguez, un enólogo mexicano que ha estudiado esta uva en su «sede mundial» de La Rioja, España.
El Santos Brujos es un caldo equilibrado y elegante que pasa 12 meses en barricas francesas y otros 6 en botella.
El Barón Balché Siete es un zinfandel salido del talento de Víctor Torres Alegre, un enólogo de gran influencia francesa.
Este caldo pasa tres años en barricas francesas y americanas, mostrando un bouquet a madera y especias. Combina maravillosamente con el pato.
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Los mejores lugares
Los mejores lugares para disfrutar de los buenos vinos son los restaurantes de categoría. En estas casas, los vinos suelen estar seleccionados por expertos enólogos para hacer un buen maridaje con el menú ofrecido.
Cuando hablamos de restaurantes de categoría no nos referimos necesariamente a lugares suntuosos y sobrecargados. Puede haber sitios que en su sobria sencillez, encierren la sabiduría en el diseño de un menú y en la escogencia de los vinos de acompañamiento.
En la Ruta del Vino del Valle de Guadalupe hay muchos restaurantes en los que sienten verdadero placer en asistir a los clientes en la selección del mejor vino para maridar con la cocina de su preferencia. Los grandes chefs de la Cocina Baja Med, como Javier Plascencia y Miguel Ángel Guerrero tienen presencia en el valle.
Guerrero, fundador de la tendencia gastronómica, es el artífice del restaurante La Esperanza, en L.A. Cetto. Javier Plascencia está en Finca Altozano, un restaurante rústico.
Otro afamado chef presente en el Valle de Guadalupe es Dreck Deckman, en el Restaurante Deckman’s, situado en la bodega Mogor Badan.
En cualquiera de estos restaurantes lograrás la perfecta comunión entre las exquisiteces de mar y tierra con el néctar de los dioses ¡Salud!
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