Otro de los atractivos folclóricos de Guanajuato son sus leyendas, que los visitantes pueden disfrutar en la Casa de las Leyendas o de boca de algún guanajuatense aficionado a contar historias inverosímiles. Estas son las 10 mejores leyendas de Guanajuato.
1. El tesoro escondido de Las Margaritas
Cuenta la leyenda que frente a la puerta del templo de la localidad de Las Margaritas en Guanajuato está un tesoro que fue enterrado por los españoles. Los que buscan el valioso arcón lleno de monedas de oro son guiados hasta la iglesia por las mismas ánimas benditas del purgatorio, aunque al parecer, la mayoría de los que se atreven a hacer la romería al final huyen muertos de miedo.
Se dice que unos jóvenes, quizá envalentonados por unos tequilitas, no solo siguieron a las ánimas hasta la puerta del templo, sino que cavaron y encontraron el baúl con el tesoro. Cuando ya se disponían a cargar con el rico hallazgo, sintieron que se aproximaba un tropel de caballos que se les venía encima, por lo que escaparon despavoridos. Lo más extraño es que al día siguiente, la entrada del templo no mostraba signos de que se hubiera cavado un hueco.
2. La niña que pidió cambiarse de tumba
Esta leyenda refiere que una niña de 6 años del pueblo de San Francisco murió al ser atropellada por un camión cuando estaban construyendo la carretera y fue sepultada en el panteón de Jaral de Berrio, Guanajuato. A los pocos días del entierro, la gente que vivía cerca del cementerio empezó a ver a una niña que lloraba en el cementerio y se asomaba a la entrada, sin salir, mientras pedía que la llevaran a enterrar a la capilla de La Merced de Jaral de Berrio.
El sacerdote fue informado y aunque hizo guardia, no pudo ver a la niña, pero accedió a trasladar sus restos a la capilla por petición de la familia de la muertita. La niña fue sepultada discretamente en la capilla y ya no se volvió a ver su ánima en pena en el panteón de Jaral de Berrio.
3. La Llorona y su monumento en México
La leyenda de La Llorona es una de las más difundidas por México y toda Hispanoamérica. Se trata del alma en pena de una mujer que perdió a sus hijos y vaga por las noches llorando desconsoladamente y aterrando a quienes la ven o la escuchan. Cuenta la historia que en el caserío de 7 Reales, en la carretera entre Dolores Hidalgo y San Luis de la Paz, en Guanajuato, había una hacienda por la que empezó a salir La Llorona.
El dueño de la hacienda llamó al sacerdote y este exorcizó el lugar y sugirió erigir un monumento. En 1913, los habitantes de 7 Reales levantaron el monumento de cantera dedicado a La Llorona, el cual se puede ver desde la carretera. Al pie de la figura hay una inscripción que señala que todo aquel que rece un Avemaría frente a La Llorona tendrá como premio 300 días de indulgencia.
4. La ninfa del baño
El marquesado de Jaral de Berrio, en el actual municipio guanajuatense de San Felipe Torres Mochas, fue el más grande de México durante la época colonial. En el baño de la casa grande de la hacienda de Jaral de Berrio el artista N. González pintó en 1891 un fresco llamado La Ninfa. Se cree que la joven pintada al fresco es una de las hijas de Juan Isidoro de Moncada y Hurtado Berrio, IV marqués de Jaral del Berrio, IV conde de San Mateo de Valparaíso y III marqués de Villafont.
El cuento con la pintura es que hay gente que señala que pasan cosas muy raras cuando es fotografiada. La muchacha al parecer sale en la foto de manera distinta a como está en la pintura. En ocasiones aparece con la cara de un muchacho y en otras salen personas que no están en el fresco. Toda una leyenda fotográfica o quizá unos fotógrafos repletos de pulque y de tequila.
5. La joven convertida en piedra y en serpiente
En torno a la cueva vieja de la ciudad de Guanajuato, donde antes se celebraba la fiesta de San Ignacio, hay una leyenda sobre una muchacha muy hermosa que inexplicablemente se convirtió en piedra. El cuento señala que para deshacer el hechizo, un joven fuerte y valiente debe cargar la piedra hasta el altar de la basílica de Guanajuato, lugar donde se rompería el encantamiento, reapareciendo la bella joven, dispuesta a casarse con su liberador.
El problema es que al llevarla en hombros, el cargador debe resistir la tentación de ver hacia atrás para mirar a la joven, porque si lo hace, esta se convierte en una horrible serpiente, que escapa hacia la cueva vieja y vuelve a transformarse en piedra. Al parecer, hasta ahora nadie ha podido llegar hasta el altar sin intentar mirar a la chica.
6. Leyenda del Callejón del Beso
Este cuento refiere que Ana, hija de un rico matrimonio, gustaba de asomarse al balcón de su habitación para ver la luna y el cielo estrellado. Frente a su balcón, del otro lado del callejón, vivía Carlos, un minero pobre que rentaba un cuarto. Los jóvenes se enamoraron y se estiraban sobre la estrecha calle hasta que lograban besarse. El padre de Ana los sorprendió besándose en una ocasión y amenazó a su hija con matarla si el hecho se repetía.
Los jóvenes estaban asustados pero no resistieron la tentación de volverse a besar y el cruel padre de Ana entró en la recámara, atravesándola con una daga afilada, mientras que Carlos, que estaba desarmado, logró escapar. Si vas con tu pareja al Callejón del Beso en Guanajuato, escenario de la leyenda según la tradición, no olvides darle un beso en el tercer escalón de la parte más angosta. Supuestamente, ganarás 15 años de felicidad y prosperidad.
7. Leyenda de la Plazuela de Carcamanes
Hace unos 150 años, los hermanos y comerciantes españoles Nicolás y Arturo Karkaman llegaron a Guanajuato y se instalaron en una casa cercana a la Plazuela de San José. Una noche los hermanos encontraron a dos hombres jóvenes muertos y a una mujer gravemente herida en el pecho. La leyenda señala que los dos hombres eran hermanos y pelearon por el amor de la dama.
Tras matar a su hermano, Arturo hirió de muerte a la chica y luego se suicidó. Según la leyenda guanajuatense, tras anochecer, las tres almas en pena de los fallecidos deambulan por esos rumbos, lamentando sus trágicas muertes.
8. Leyenda de las momias
Hacia 1830, en Guanajuato se desencadenó una pavorosa epidemia de peste que ocasionó una enorme cantidad de muertos. Los entierros de los fallecidos se realizaban inmediatamente para tratar de evitar la propagación de la enfermedad. Cuenta la leyenda que muchas de las personas contagiadas entraban en una especie de shock en el que parecía que estuvieran muertas. Varios de estos enfermos habrían sido sepultados vivos, falleciendo aterrados al darse cuenta que se encontraban enterrados.
Estos entierros de vivos que se realizaban apresuradamente en cementerios improvisados serían la razón por la que algunas de los cadáveres momificados que se exhiben en el Museo de las Momias de Guanajuato muestran en los rostros gestos pavorosos. En este interesante museo guanajuatense hay 111 momias de hombres, mujeres y niños, algunas de las cuales tienen restos del cabello y de la vestimenta. Si tú no aprecias en sus facciones los indicios de una muerte horrible, en todo caso puedes aprovechar la visita para aprender sobre el proceso de momificación.
9. Leyenda del callejón de la Buena Muerte
Esta historia legendaria dice que en la calle Alameda de Guanajuato había una casa en la que vivía una anciana con un nieto. El niño enfermó y la anciana rogó a Dios que no se lo llevara. Pero fue la Muerte la que se le apareció a la señora, diciéndole que su nieto se salvaría si ella aceptaba perder la vista. La abuela aceptó quedar ciega y desde entonces el chico le sirvió de lazarillo.
Luego fue la anciana la que enfermó y en una ocasión en que se quedó dormida junto con el niño, la Muerte se le volvió a aparecer. Con su figura esquelética, la Muerte le anunció a la mujer que había venido por ella. La mujer le rogó por un poco más de vida y la Muerte pidió a cambio los ojos del niño, a lo que la abuela no acepto porque no quería que su nieto quedara ciego. Entonces la Muerte propuso llevárselos a ambos para que estuvieran siempre juntos, lo que la mujer aceptó poniendo como condición que el chico no despertara para que no sufriera. Según los pobladores, al momento del fallecimiento las campanas tañeron de una forma extraña, jamás escuchada, y la Muerte empezó a merodear por el lugar en el que estaba la casa, hasta que fue construida la capilla del Señor del Buen Viaje.
10. El hotel embrujado
Varias ciudades del mundo tienen sus relatos de hoteles encantados y el de Guanajuato sería el Hotel Castillo Santa Cecilia. Este hotel funciona en una edificación de estilo medieval que se levanta frente a una callejuela en la falda de una colina, a poco más de dos kilómetros del Museo de las Momias de Guanajuato. Las habitaciones cuentan con camas con dosel y mobiliario antiguo. Algunos turistas que se han hospedado en el hotel dicen que nomás al entrar se siente una pesadez en el ambiente, los aposentos se tornan extrañamente fríos y más de un cliente ha salido en estampida de las habitaciones, afirmando no volver jamás.
Se habla de cruces marcadas con aceite que aparecen en las puertas de los cuartos y en los cristales de las ventanas. Puertas que se abren y se cierran con espeluznantes chirridos, llaves que abren cerraduras sin que nadie las esté accionando, voces y carcajadas de ultratumba, seres invisibles que van tropezando con los huéspedes en su vagar por los pasillos, de todo un poco parece que hay en el misterioso Hotel Castillo Santa Cecilia de Guanajuato. La película mexicana de 1972 Las momias de Guanajuato fue filmada allí y comentan que hasta Santo el Enmascarado de Plata andaba asustado.
¿Disfrutaste las leyendas de Guanajuato? Nos despedimos hasta una próxima oportunidad.
