Según las evidencias encontradas a la fecha, la primera cerveza de la humanidad fue elaborada cuatro milenios antes de Cristo por los antiguos elamitas, un pueblo que vivió en el actual Irán.
Estos cerveceros asiáticos no contaban con los recursos técnicos, materiales e informativos de los que dispondrías tú si te propusieras elaborar tu primera cerveza.
Actualmente se consumen en el mundo más de 200 mil millones de litros de cerveza al año, en infinidad de marcas comerciales, pero no hay placer comparable al de beber una espumosa hecha por uno mismo.
Es un emocionante proyecto que si lo ejecutas con dedicación, te permitirá convertirte en una estrella entre tu grupo de amigos. Sigue este detallado y completo paso a paso y lo harás realidad.
El placer de ver nacer un hijo
¿A quién no le gusta una cerveza helada? No hay nada mejor para refrescarse en un día de calor, sobre todo si uno está en la playa.
Vivimos tiempos difíciles y muchas personas están recurriendo a pasatiempos de los que puedan derivar un ahorro económico, siendo la elaboración de cerveza uno de ellos.
Pero lo más interesante de hacer uno mismo su propia cerveza no es tanto el beneficio económico; pueda que incluso te salga algo más costoso que comprar un buen lote en el supermercado.
Lo realmente significativo es el placer que proporciona mirar la obra nacer y luego el momento incomparable de probarla y disfrutarla con un selecto grupo de amigos.
No necesitas una gran cantidad de equipo sofisticado y costoso para preparar tu primer lote de cerveza.
Un kit completo para elaborar cerveza en la cocina de la casa puede conseguirse en el orden de los 150 dólares.
Si eres aficionado a la cerveza y piensas en el mediano plazo, esa cantidad de dinero es mucho menos de la que gastas comprando cervezas en unos pocos meses.
Este equipamiento puede adquirirse en tiendas en línea que te lo hace llegar a tu domicilio. Incluso, puede ser un proyecto a ejecutar y a financiar entre un grupo de amigos.
Para fabricar tu primer lote de cerveza necesitarás lo siguiente:
Una olla grande:
La capacidad del recipiente dependerá del tamaño del lote inicial que quieras elaborar. Se recomienda comenzar con un lote pequeño, preparado en una olla de al menos 4 litros de capacidad, aumentando el volumen según avances en el dominio del proceso. Las ollas de mayor tamaño permiten reducir los derrames.
Tubos y abrazaderas:
Para hacer el sifón de extracción y embotellar la cerveza. Se recomienda trabajar con un tubo plástico de calidad alimentaria, de 6 pies (1,83 metros) de longitud y 3/8 de pulgadas (0,95 centímetros) de diámetro. Las abrazaderas pueden adquirirse en una ferretería o en una tienda especializada en la fabricación de cerveza artesanal.
Un cubo hermético de fermentación:
Preferiblemente una bombona o garrafón de cristal, aunque un cubo plástico de 5 galones (19 litros) con tapa puede servir. La bombona de cristal tiene la ventaja de que es más fácil de mantener limpia y desinfectada, adquiriendo también un cepillo para limpieza de botellas.
Un airlock o trampa de aire con tapón:
De las dimensiones necesarias para adaptarse al cubo o bombona de fermentación.
Una botella de llenado:
Están disponibles en las tiendas especializadas en cerveza artesanal y debe poder adaptarse al extremo del tubo de extracción o sifón.
Un termómetro:
Del tipo flotante, con una graduación entre cero y 100 grados centígrados o entre 32 y 220 grados fahrenheits. Por lo general, el termómetro será necesario solo si estás eleaborando una cerveza en condiciones controladas de temperatura, que no es lo usual para principiantes..
Botellas:
Necesitarás botellas de 12 onzas de alta calidad para cerveza, suficientes para embotellar la cantidad fabricada. Las botellas abre fácil no son recomendables; son preferibles las que requieren un destapador. Estas botellas se consiguen en las tiendas especializadas.
Un tapador de botellas:
Es el dispositivo mecánico que se utiliza para colocar herméticamente la tapa a las botellas. Puedes comprarlo en la tienda especializada o tomarlo prestado de algún amigo que sepas que lo tiene.
Tapas nuevas para botellas:
Las que necesites para la cantidad de botellas a llenar y a cerrar. Como la venden en lotes, necesitarás 50 tapas si vas a embotellar 5 galones (19 litros) de cerveza.
Solución desinfectante:
La cerveza es muy delicada y puede infectarse con facilidad, por lo que cada cosa a utilizar debe ser desinfectada antes de su uso. Puedes utilizar el detergente doméstico, enjuagando a fondo para evitar la contaminación.
Ingredientes necesarios
La siguiente lista de ingredientes ha sido establecida para la fabricación de 5 galones de cerveza artesanal básica (lgunos estilos de cerveza requieren otros ingredientes no incluidos en la lista):
- Malta: 6 libras (2,73 kilos) de extracto de malta pálida sin lúpulo. Por lo general, viene en latas de 3 libras cada una. La malta provee los hidratos de carbono para que se produzca la fermentación alcohólica mediante los hongos de la levadura. El extracto de malta seco también es aceptable.
- Levadura: se requiere un paquete de levadura líquida del tipo Wyeast American Ale liquid Yeast #1056, o del tipo White Labs California Ale #WLP001. La levadura líquida permite fabricar cervezas de mayor calidad. Las tiendas del ramo de la cerveza artesanal disponen de estos productos.
- Lúpulo: 2,25 onzas (64 gramos) de lúpulo East Kent Goldings Hops. La flor del lúpulo es el ingrediente que comunica su sabor amargo a la cerveza. Las bolitas de lúpulo son más comunes y fáciles de almacenar. El sobrante de lúpulo no utilizado debe ser conservado congelado en bolsas de cierre hermético.
- Azúcar: 2/3 de taza de un azúcar para el cebado de cerveza. Regularmente se usa el azúcar de maíz, que también está disponible en la tienda especializada.
Visión general del proceso cervecero
La fabricación de cerveza comprende 5 etapas básicas: elaboración del mosto, enfriamiento y fermentación, cebado y embotellado, envejecimiento; y consumo.
A continuación explicamos brevemente el significado de cada etapa, que después serán desarrolladas en todo detalle.
Elaboración del mosto: el extracto de malta pálida y el lúpulo se hierven en dos o tres galones de agua por aproximadamente una hora, con el objeto de esterilizar el extracto y permitir que la flor de lúpulo desprenda los compuestos que comunican el amargor a la cerveza.
La mezcla caliente resultante de este proceso se denomina mosto.
Enfriamiento y fermentación: el mosto se deja enfriar a temperatura ambiente y luego es transferido al fermentador, donde se añade el agua adicional necesaria para alcanzar los 5 galones deseados en el lote inicial.
Con el mosto a temperatura ambiente, se añade la levadura para que comience el proceso de fermentación y se coloca y cierra el airlock, el cual permite la salida del dióxido de carbono producido por la fermentación, impidiendo la entrada de cualquier producto contaminante dentro del fermentador.
En esta etapa son cruciales las medidas de limpieza para evitar que el mosto se infecte por alguna bacteria del medio ambiente. La fermentación toma entre una y dos semanas.
Cebado y embotellado: una vez que la cerveza ha fermentado totalmente, se desvía a otro recipiente para proceder al cebado.
Se mezcla la cerveza con el azúcar de maíz y el siguiente paso es proceder al embotellado. Se cierran las botellas con las tapas utilizando el tapador, para comenzar el envejecimiento.
Envejecimiento: la cerveza embotellada debe ser objeto de un proceso de envejecimiento, de entre 2 y 6 semanas.
Durante el envejecimiento, el remanente de levadura fermenta el azúcar de maíz añadido, creando dióxido de carbono, que es el compuesto que burbujea agradablemente en la cerveza.
Alcanzar el mejor sabor puede tomar varios meses, pero por lo general, la cerveza ya es potable con un mes de envejecimiento.
Consumo: esta es por supuesto la etapa que genera más expectativa. Sacar de la heladera las primeras cervezas hechas por uno mismo y proceder al brindis inaugural no tiene precio.
Todo este proceso habrá tomado unas 4 horas de tu tiempo, repartidas en varias semanas, sin contar el periodo de espera por el envejecimiento.
Como puedes ver, la fabricación de cerveza artesanal está también al alcance de las personas con un estilo de vida muy ocupado, pero que disfrutan del placer de hacer algo interesante desde cero.
El proceso en detalle
Ya estás al tanto de los equipos e ingredientes que necesitas para elaborar tu primer lote de cerveza artesanal y de las etapas generales del proceso de fabricación.
Ahora abordaremos el paso a paso detallado, siguiendo las 5 etapas anteriormente indicadas.
Etapa 1: Elaboración del mosto
Para muchos fabricantes de cerveza casera, este es la etapa favorita por el placer que proporciona a los sentidos, especialmente al olfativo, el aroma del mosto agitándose y burbujeando.
En una olla de aproximadamente 5 galones, lavada, desinfectada y bien enjuagada, se colocan entre 2 y 3 galones de agua y se ponen a calentar.
Una vez que el agua ha entibiado, se añaden las 6 libras (dos latas) del extracto de malta. Como este producto tiene una consistencia almibarada, es posible que necesites un poco de agua caliente para extraer el remanente que queda en el fondo y las paredes del envase.
Cuando se añade la malta, la mezcla debe ser removida constantemente para evitar que el jarabe se asiente y caramelice en el fondo de la olla.
Esta caramelización, aunque sea parcial, puede alterar el color y el sabor de la cerveza, por lo que el movimiento de la mezcla mientras se calienta es de suma importancia.
Una vez que se ha hecho una mezcla consistente, el siguiente paso es llevarla a ebullición, pero debe hacerse lentamente y con mucho cuidado, para reducir la formación de espuma.
Un método para limitar la formación de espuma es rociarla con un spray de agua limpia. Durante los primeros 15 minutos del proceso de ebullición debe conseguirse un burbujeo constante con mínima formación de espuma.
Debes descartar tapar la olla para conseguir un calentamiento más rápido, ya que podría ser una receta para un desastre de espuma almibarada derramada, corriendo por toda la estufa.
El manejo del calor durante los primeros 15 minutos es crucial para conseguir una ebullición constante y con baja espuma.
Una vez conseguida la ebullición constante con baja espuma, es el momento de añadir el lúpulo.
El lúpulo es una planta de la familia de las cannabáceas, de la que se utiliza la flor sin fecundar para saborizar la cerveza con su característico gusto amargo.
Se pesa la cantidad apropiada (2,25 onzas para nuestro lote de 5 galones de cerveza) de lúpulo y se añade al mosto en ebullición. Algunos cerveceros utilizan lúpulo en bolsas de malla para extraer las sobras después de finalizada la elaboración del mosto.
La mezcla debe hervir durante un tiempo total de entre 30 y 60 minutos. Durante la ebullición, la mezcla debe revolverse de vez en cuando para evitar deposiciones.
El tamaño de las bolitas de lúpulo y el tiempo de ebullición afectarán el grado de amargor de la cerveza, por lo que resulta conveniente añadir lúpulo de tamaño uniforme. Con el tiempo aprenderás a utilizar el lúpulo para alcanzar el grado de amargor de tu preferencia.
Etapa 2: Enfriamiento y fermentación
Finalizada la ebullición, es necesario enfriar el mosto caliente a temperatura ambiente lo más rápidamente posible para reducir la posibilidad de infección.
Algunos cerveceros añaden hielo o agua fría al mosto para acelerar el enfriamiento, cuidando de no sobrepasar la cantidad total de agua.
Otros cerveceros más avanzados disponen de un dispositivo de enfriamiento con un sistema de tuberías de cobre que opera como un intercambiador de calor.
En todo caso, antes de transferir el mosto al fermentador debe añadirse agua fría hasta alcanzar el volumen de 5 litros.
En esta etapa del proceso el mosto es muy vulnerable a las infecciones, por lo que el fermentador, los tubos de sifón y abrazaderas, el airlock y todo cuanto pueda entrar en contacto con el mosto y la levadura debe estar desinfectado y enjuagado.
Algunos cerveceros utilizan lejía como desinfectante, lo que requiere hacer un cuidadoso enjuague con agua caliente para evitar que la cerveza quede con sabor a cloro.
La fermentación alcohólica es el proceso mediante el cual los microorganismos (los hongos unicelulares que forman la levadura) procesan los hidratos de carbono, convirtiéndolos en alcohol en forma de etanol, dióxido de carbono en forma de gas y otros derivados.
El mosto debe enfriarse por completo a temperatura ambiente antes de verterlo en el fermentador y añadir la levadura.
Si añades la levadura al mosto caliente, matarás los hongos que la forman y arruinarás el proceso.
No te preocupes por los desechos de lúpulo y proteínas, llamadas «turbio» en la jerga de los cerveceros; la mayor parte cae al fondo durante la fermentación.
Siempre será mejor utilizar levadura líquida, de calidad superior y más efectiva que la seca. La levadura líquida usualmente viene en tubos plásticos o en paquetes.
Sigue las instrucciones de uso indicadas en el envase de la levadura, añadiéndola cuidadosamente al fermentador.
Una vez añadida la levadura, se adapta el airlock al fermentador y se cierra. El fermentador debe colocarse en un lugar fresco y oscuro, donde no haya cambios bruscos de temperatura.
El airlock debe empezar a burbujear en un plazo de entre 12 y 36 horas, y la fermentación debe continuar por un mínimo de una semana.
Si no ves burbujear el airlock, comprueba que los cierres estén bien ajustados. Las burbujas son el dióxido de carbono que se genera en la fermentación y es un proceso lento y en descenso, hasta que llega a su fin.
Asumiendo que hay un buen sellado, el burbujeo debe reducir su velocidad a una o dos burbujas por minuto, antes de proceder al embotellado.
Etapa 3: Cebado y embotellado
El paso final antes del embotellado de la cerveza es el cebado y consiste en mezclar el azúcar con la cerveza para carbonatar el producto terminado.
A pesar de que la fermentación ya ha finalizado, todavía existen posibilidades de arruinar la cerveza, por lo que es necesario esterilizar todo lo que esta va a tocar, cuidando de no hacer alguna salpicadura que añada oxígeno al líquido.
La mayoría de los fabricantes de cerveza caseros utilizan un gran cubo de plástico o bombona para que el azúcar de cebado sea fácil de mezclar de manera uniforme. Este cubo debe ser esterilizado a fondo, así como el sifón de extracción, las herramientas y por supuesto las botellas.
Con las botellas hay que tener especial cuidado; hay que asegurarse que estén limpias y libres de residuos, utilizando un cepillo para eliminar cualquier suciedad.
Algunos cerveceros esterilizan las botellas sumergiéndolas en una solución débil de lejía y luego enjuagando bien.
Otros fabricantes caseros de cerveza esterilizan las botellas en el lavavajillas, pero hay que tener cuidado de enjuagar bien los restos de detergente que puedan quedar, a objeto de que el jabón residual no dañe la cerveza justo durante el periodo de envejecimiento en botellas.
Recuerda que para tu lote de cerveza inicial debes añadir 2/3 de taza de azúcar de maíz u otra recomendada para cebado, agregándola y mezclándola suavemente en el cubo de cebado.
Terminado el cebado, la cerveza ya está en condiciones de ser vertida en las botellas, usando la botella de llenado y cuidando de dejar al menos una pulgada (dos centímetros y medio) de espacio vacío en el cuello de la botella para ayudar a la fermentación final.
Seguidamente las botellas son cerradas con el tapador, verificando que se haya producido un cierre hermético. Ya solo queda envejecer tus primeras cervezas para que puedas probarlas en una fiesta inolvidable con tus amigos.
Etapa 4: Envejecimiento
Para muchos, la parte más difícil es la larga espera para que la cerveza alcance su mayoría de edad.
Aunque las cervezas son potables después de unas semanas, la cerveza casera promedio alcanza su máxima calidad en algún momento entre 8 y 15 semanas después del embotellado, un tiempo que la mayoría de los cerveceros aficionados no están dispuestos a esperar.
Durante el proceso de envejecimiento, la cerveza se carbonata y el exceso de levadura, taninos y proteínas que crean sabores extraños, se depositan en el fondo de la botella, lo cual mejora sustancialmente la calidad de la bebida, por lo que alargar la espera tiene su beneficio.
Intentando hacer un balance entre la prisa del cervecero novato por beber la primera botella y un periodo de espera que asegure una calidad mínima, se recomienda envejecer por lo menos entre 3 y 4 semanas.
Igual que el recipiente de fermentación, las botellas deben ser almacenadas en un lugar fresco, oscuro y sin cambios bruscos de temperatura.
A menos que estés elaborando una cerveza lager en condiciones controladas de temperatura, no guardes las botellas en el refrigerador durante las dos primeras semanas después del embotellado.
Es conveniente dejar que la cerveza se carbonate durante dos semanas a temperatura ambiental. Después de las primeras dos semanas, la refrigeración de la cerveza ayudará a que mejore más rápidamente, porque los taninos, la levadura y las proteínas sobrantes se sedimentan más fácilmente a temperaturas frías.
Etapa 5: Consumo
El gran día del brindis con tu primera creación de cerveza ha llegado. Durante el proceso de envejecimiento, el exceso de levadura, los taninos y las proteínas se han sedimentado en el fondo de la botella.
Por lo anterior, es conveniente que cuando sirvas en el vaso tu primera cerveza, dejes una pequeña cantidad de líquido en la botella. De todas formas, si un poco de sedimento pasa al vaso, no te preocupes, ya que no te hará daño.
Cumple con un ritual de homenaje a tu primera cerveza: olfatea la frescura de tu creación, admira su colorido y su cabeza espumosa y finalmente bebe tu primer trago sin engullir ¡Salud!
Esperamos que esta guía te sea de utilidad en el apasionante proyecto de elaborar en casa tu primera cerveza.
Durante el proceso de elaboración toma todas las notas que estimes convenientes y si el primer lote no te queda exactamente como hubieras deseado, no te desanimes. Inténtalo de nuevo; la mayoría de las veces, lo bueno se hace esperar un poco.