Francia es sinónimo de exquisita cocina y en nuestra opinión, esto es lo más típico y delicioso de su gastronomía.
1. Raclette
El raclette es un queso de leche de vaca, de origen suizo, que también se produce en varias regiones francesas, como el Franco Condado, Saboya, Bretaña y Auvernia.
Este queso da origen a una comida con nombre femenino, la raclette, que se ha popularizado entre los franceses para compartir en familias y entre amigos.
El queso es derretido en una parrilla eléctrica también llamada raclette, comiéndose con patatas cocidas, embutidos y pepinillos.
2. Patatas gratinadas
Este platillo es originario de la antigua provincia francesa del Delfinado y fue mencionado por primera vez en 1788, cuando el duque de Clermont-Tonnerre quiso sorprender con algo original en una cena de gala.
Las patatas se pelan, se cortan en rodajas y se gratinan con crema, leche o una mezcla de ambos lácteos, añadiéndose queso y setas para comerlas.
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3. Sopa de cebolla
A pesar de que una versión señala que la sopa de cebolla se inventó durante la Revolución Francesa, lo cierto es que ya aparece en un recetario del siglo XIV que se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia.
Esta afortunada mezcla de caldo de carne, cebolla caramelizada y trocitos de pan, se popularizó durante el siglo XIX, cuando la gente que salía de las tabernas parisinas en la madrugada la convirtió en su preferida para calentar el estómago después de una noche de tragos.
4. Ratatouille
Este platillo de la cocina provenzal es originario de Niza. Es un guiso en aceite de oliva de diferentes hortalizas como berenjena, calabacín, cebolla, tomate, pimiento y ajo, dependiendo de los que se encuentren más frescos según la estación.
La preparación se aromatiza con las hierbas disponibles, como romero, tomillo, laurel, albahaca y orégano. Se come frío o caliente y generalmente se utiliza como guarnición de platos de carne, aves y pescado. Su sabor mejora con algunas horas de reposo y refrigeración.
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5. Moules frites
Los moules frites son mejillones con papas fritas que los franceses del norte del país y los belgas se sientan a comer en abundancia con una salsa de queso con cebolla y mucha cerveza helada.
Los mejillones son cocinados al vapor y es usual que se sirvan en el mismo puchero de la cocción en raciones de hasta kilo y medio.
Parece una cantidad ilimitada imposible de manejar por una sola persona, pero los sirven con las conchas (más del 60% del peso de un mejillón es la concha) y entre bocado y bocado y trago y trago, cuando te percatas, ya te has comido toda la olla.
6. Foie gras
Esta exquisitez culinaria de la cocina francesa está siendo cuestionada por las organizaciones protectoras de los animales y la crianza de patos y gansos para foie gras ya ha sido prohibida en más de 15 países, incluyendo algunos europeos.
La razón es que el hígado del ave es hipertrofiado a través de una alimentación sobreabundante mediante sondas.
Se cree que los primeros en disfrutar de este platillo, aunque no con aves sobrealimentadas, fueron los egipcios, al darse cuenta de que el hígado de los gansos que descansaban en el Nilo durante el invierno era particularmente rico en grasa.
Los franceses comen el hígado de ganso con pan y mermelada.
7. Escargot
Los franceses se aficionaron a comer tanto caracol de tierra en el siglo XIX, que estuvieron a punto de extinguir las variedades más apreciadas.
Ahora los caracoles provienen de granjas que practican la helicultura, que es la actividad de crianza de estos moluscos gasterópodos.
Las especies preferidas para comer son el caracol de Borgoña o caracol de viña y el caracol común de jardín. Se comen principalmente con mantequilla de ajo, después de una complicada preparación que incluye un ayuno de varios días (los que ayunan son los caracoles, no los comensales).
8. Ancas de rana
Los galos son insignes comedores de ancas de rana, una especialidad de la alta cocina que también es muy apreciada en España, China, México, Portugal, Grecia y Estados Unidos, particularmente en el medio oeste.
Varios pueblos mexicanos que viven en las orillas de lagos y lagunas obtienen parte del sustento capturando ranas para extraer ancas que se venden en el mercado nacional y se exportan a Norteamérica.
Esta exquisitez se rebosa y se comen con sal, mantequilla y perejil. Una de las especies de rana más apreciadas es la llamada pollo de las montañas.
9. Buey a la Borgoñona
Como su nombre lo indica, es un platillo borgoñés de buey que se prepara con el famoso vino regional. Los campesinos de Borgoña lo hacían con las partes más duras del buey, cocinándolas a fuego lento.
Es un estofado de buey de muy lenta cocción en vino tinto borgoñés, añadiendo ajo, cebolla, zanahoria y un bouquet garni, el típico manojo de hierbas aromáticas francés que se introduce en el puchero atado con un hilo.
El líquido resultante de la cocción se espesa con una mezcla de harina y grasa para darle consistencia de salsa. El Buey a la Borgoñona se come con acompañamiento de setas, panceta y cebollinos.
10. Crepas
Estos delgados discos de harina de trigo, huevos y leche, fueron inventados en la región de Bretaña y se popularizaron por toda Francia, donde se comen con rellenos tanto salados como dulces, como antojito, merienda, postre e incluso como plato principal.
Las crepas destinadas a rellenos salados se hacen con harina de trigo sarraceno, mientras que las dulces se preparan con harina de trigo duro.
Los rellenos de las crepas saladas son muy variados, incluyendo carnes, setas y quesos, mientras que las dulces se comen con frutas, helados y mermeladas.
11. Coq au vin
La leyenda señala que este célebre platillo fue inventado por un cocinero que acompañaba a Julio César en la conquista de Galia.
El relato dice que César puso bajo asedio a una localidad francesa y el jefe guerrero local le envió un gallo como símbolo de la resistencia y dureza de su pueblo. El cocinero preparó el gallo en vino y a fuego lento, naciendo el mítico plato.
En algunas regiones francesas emplean patos y cortes bovinos, en vez de gallo. En la primera etapa, el gallo es frito en tocino.
12. Magret de pato
El magret es un filete que se corta de la pechuga de un ganso o un pato cebado, resultando un corte magro muy apreciado en la gastronomía francesa.
Es un platillo relativamente reciente, ya que comenzó a ser servido por los grandes chefs franceses a partir de la década de 1960.
La pechuga se pone entera en una plancha o sartén para que se cocine con su propia grasa y se corta en filetes poco hechos antes de servir. En otra versión, la pechuga se pone a curar en salazón y se corta en finas rodajas como si fuera un jamón.
13. Cassoulet
En un sabroso puchero de alubias blancas con distintos cortes animales y los franceses tienen tantas recetas como los mexicanos cuando preparan frijoles potenciados con algún añadido que aporte grasa y proteínas.
Las partes animales más frecuentemente utilizadas en el cassoulet son costilla de cerdo, tocino, piel de cerdo, salchichas de Toulouse, oca, cordero y trozos de pato confitado.
Se prepara en una cazuela de barro, de donde deriva el nombre de la receta. Los franceses también tienen la versión enlatada, que es común verla en los supermercados y tiendas de comestibles.
14. Confit de pato
Es un plato de origen gascón preparado con las piernas del pato, que se convirtió en una especialidad culinaria de toda Francia.
La preparación es laboriosa, ya que primero hay que salar la pierna y dejarla en reposo por unas 36 horas, actuando la sal como conservante.
Luego la pieza se escalfa en su propia grasa. El confit de pato puede conservarse hasta por 6 meses en el refrigerador, cuidando de que quede cubierto por la grasa del escalfado.
La grasa también es usada para asar las patatas con las que se acostumbra acompañar el confit de pato.
15. Aligot
Es un platillo originario del Macizo de Aubrac, que consiste en un puré de patatas mezclado con un queso sin madurar. Los quesos más utilizados son el Cantal y el Laguiole, también especialidades de Aubrac.
El queso se deja derretir a fuego lento, removiendo para asegurar que alcance la textura y uniformidad deseada.
La palabra “aligot” significa “alguna cosa” y el platillo tuvo un origen humilde, cuando los monjes de Aubrac ofrecían algo de comer a los necesitados. Es un plato con un gran aporte calórico.
16. Ensalada nizarda
Los nizardos crean una atractiva sinfonía de colores con esta ensalada, con el verde de las lechugas y de las judías, el rojo de los tomates y de los pimientos, el blanco de las cebollas, rábanos y calabacines, el amarillo de las papas y de los huevos duros, y el negro de las aceitunas.
El toque especial en esta ensalada lo proporcionan los trocitos de anchoas y la salsa vinagreta de Dijon con la que es bañada.
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17. Merluza a la beurre blanc
La beurre blanc o mantequilla blanca es una salsa bretona en la que la emulsión grasosa se mezcla con una reducción de vino blanco con chalotas. Los franceses utilizan con frecuencia el vino Muscadet, elaborado con la uva Melón de Borgoña.
La beurre blanc va muy bien con pescados y mariscos y en esta receta el delicado sabor de los troncos o lomos de merluza es realzado por esta salsa, cuya creación fue un afortunado invento casual.
La historia refiere que Clémence Lefeuvre, una cocinera del pueblo de Saint-Julien-de-Concelles, cerca de Nantes, estaba preparando una salsa bearnesa, pero se olvidó de ponerle huevo, naciendo la novedad.
18. Quiche lorraine
Es una tarta salada de la región de Lorena, elaborada con masa quebrada o pasta brisa, que se rellena con una mezcla de nata y huevos.
Con el paso del tiempo se han incorporado otros ingredientes, como queso, tocineta, jamón York e incluso verduras.
19. Vichyssoise
Es una crema que se come muy fría en un plato hondo y su paternidad se la disputan Francia, el País Vasco español y Estados Unidos.
La versión más generalizada señala que la vichyssoise fue creada en 1917 por el cocinero francés Louis Diat cuando trabajaba en el Hotel Ritz de Nueva York.
Para ampliar la confusión, Diat nombró la salsa utilizando el nombre de la ciudad de Vichy, que está muy cerca de su pueblo natal.
Es una crema de textura gruesa, algo más ligera que un puré, que se elabora con patatas, puerro, cebolla, nata y leche.
20. Cannelés
Aunque el nombre sugiere “canela” este postre de la cocina bordolesa no lleva la aromática especia. Son unos sabrosos bizcochitos que reciben el nombre de canelés porque parecen tubitos o pequeños canales y la palabra tiene ese significado en el dialecto gascón.
Los canelés se preparan con harina, leche entera, mantequilla, huevos enteros y yemas adicionales, vainilla, azúcar y ron. Los bizcochitos se cubren con una capa de caramelo ¡deliciosos!
Esperamos que esta selección de lo más típico de la gastronomía francesa haya sido de tu agrado y que compartas con nosotros alguna exquisitez que merezca estar en la lista.
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