Hay una asociación que agrupa a los pueblos más bonitos de Francia que tiene más de 150 miembros. Son bellas localidades cargadas de historia, tradiciones y gastronomía, todo orientado al turismo.
Conozcamos cuáles son y qué ofrecen los 30 pueblos más bonitos de Francia.
1. Rocamadour
Espectacular pueblo francés encumbrado sobre un acantilado desde el que se domina el río Alzou, en la región de Occitania.
Desde la Edad Media es una importante estación del Camino de Santiago. Su principal calle sube por una empinada colina que llega a una escalera de 216 peldaños, que lleva a una pequeña plaza y a sus principales sitios de interés, casi todos religiosos.
La atracción icónica de Rocamadour es la imagen de la Virgen Negra de Chapelle Notre Dame, visitada por los reyes y reinas de Francia, Inglaterra, Portugal y otras casas reales europeas.
Como es un pueblo bastante pequeño sus restaurantes suelen coparse pronto, lo que obliga a muchos turistas a visitar localidades cercanas para tomar y comer. Su queso de cabra es una exquisitez.
Rocamadour está a 112 km al norte de Montauban. Su nombre proviene de San Amador, ermitaño del siglo I que vivió allí y cuyo cuerpo supuestamente incorrupto fue hallado por monjes benedictinos en 1162.
2. Auvers-Sur-Oise
Esta linda población del Valle del Oise en la región de Isla de Francia es una excursión de un día desde París, pues está a solo 34 km al noroeste de la capital francesa.
Auvers-Sur-Oise fue hogar y lugar de trabajo de pintores del Impresionismo que hallaron en su belleza y paz el ambiente perfecto para conseguir inspiración. Uno de ellos fue el genio neerlandés del postimpresionismo, Vincent Van Gogh, que en los 2 últimos meses de su vida vivió en la pensión Ravoux, febril período creativo en el que pintó más de 70 cuadros.
La iglesia de Auvers-sur-Oise es un óleo sobre tela de esa época conservado en el Museo de Orsay de París. Vincent y su hermano menor Theo, fallecido 6 meses después de que el pintor se disparara con un arma de fuego, están enterrados en Auvers-sur-Oise.
El pueblo es santuario de peregrinación de los fanáticos del artista, que van a recorrer los últimos caminos transitados por el célebre y atormentado genio. Un buen lugar para disfrutar de la comida local es el Auberge Ravoux, la posada donde vivió Van Gogh.
3. Le Mont Saint-Michel
El Monte San Miguel es una isla rocosa y pequeña comuna normanda en el estuario del río Couesnon, en el noroccidente francés.
Sobre el acantilado de granito de 83 metros de altura se encuentra una abadía dedicada al culto de San Miguel Arcángel. Coronando la cima de la iglesia abacial, a 170 metros de altura, está la estatua del arcángel venerado como jefe de los Ejércitos de Dios.
La magnífica arquitectura de Saint-Michel y la belleza de la bahía le hacen una de las principales atracciones turísticas de Normandía, con más de 3 millones de visitantes al año, siendo monumento nacional y Patrimonio de la Humanidad.
Según la leyenda, el Arcángel Miguel hizo una aparición ordenando la construcción de la abadía, que ha sido lugar de peregrinación por más de mil años.
Las mareas son espectaculares en la bahía, con subidas del mar de más de 14 metros dos veces al día, lo que hacía del monasterio una fortaleza casi insuperable.
En bajamar se puede acceder caminando a la islita y en pleamar mediante embarcaciones. Hay una carretera que conduce al pie del acantilado y también se puede llegar en un carruaje tirado por caballos.
4. Colmar
Colmar es una pequeña y bella ciudad alsaciana en el departamento del Alto Rin, en la región Gran Este de Francia, cerca de la frontera con Alemania y a 73 km al sur de Estrasburgo, ciudad sede del Parlamento Europeo. Ha sido controlada por germánicos y franceses durante los últimos mil años, influencia de ambas culturas visible en su arquitectura.
La huella alemana es apreciable tanto en la arquitectura como en la gastronomía. El chucrut, las escalopas de cerdo empanizadas, los pretzels y las jarras de cerveza, delatan el ascendiente germana.
El centro de la ciudad antigua de Colmar está espléndidamente conservado, albergando numerosos inmuebles góticos y renacentistas, antiguas iglesias, conventos y teatros.
Una de sus principales atracciones es la pequeña Venecia (Petite Venise), con un encantador canal donde se montan los mercados navideños más famosos de Alemania.
El Museo de Unterlinden fue abierto en 1849 y exhibe el famoso Retablo de Isenheim, obra maestra terminada en 1516 por el pintor renacentista alemán, Matthias Grünewald.
Colmar es llamada la “capital de los vinos de Alsacia” y es la sede de un valorado festival vitivinícola.
5. Saint Paul de Vence
En las listas turísticas con los pueblos más bonitos de Francia nunca falta Saint Paul de Vence, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, muy cerca de Cagnes-sur-Mer, entre Antibes y Niza. Fue el lugar escogido por el maestro del Expresionismo, Marc Chagall, para retirarse y morir a los 97 años.
La especial reputación turística de Saint Paul de Vence se fundamenta en su belleza, ya que es un pintoresco y restaurado pueblito de calles adoquinadas y casas de piedra en lo alto de una colina en un maravilloso y cálido entorno provenzal, con el mar Mediterráneo visible a solo 7 km.
Sus atractivos convirtieron al pueblo en habitual destino de los principales artistas de finales del siglo XIX y principios del XX, como Renoir, Matisse, Miró y Chagall, tradición continuada por otras celebridades como el polifacético artista Jean Cocteau y el actor y cantante, Yves Montand. Todas estas figuras han contribuido a la fama de Saint Paul de Vence para atraer a miles de turistas de Francia, Europa y el resto del mundo.
6. Pontrieux
Pontrieux es un idílico pueblo bretón en el departamento de Côtes-d’Armor, con un siempre agradable aroma a flores.
Es una localidad para recorrer tranquilamente a pie admirando las flores que brotan en jardines, en las orillas de los canales y en los espacios públicos. Está en la parte baja del estuario del río Trieaux.
La población labró su prosperidad gracias a su puerto y al comercio de granos, vinos, lino y otros bienes, lo que permitió a su burguesía construir las amplias y pintorescas casas con entramados de madera que forman su paisaje urbano.
Pontrieux es conocida por sus lavaderos a orillas del río Trieaux, admirablemente restaurados y decorados con plantas florales. Se pueden conocer a pie o en una excursión diurna o nocturna por el río.
En la localidad opera el popular Vapeur du Trieux, un tren turístico con locomotora a vapor que hace viajes de ida y vuelta entre Pontrieux y la ciudad costera de Paimpol, cruzando impresionantes paisajes.
7. Giverny
Pequeña población normanda en el departamento del Eure ligada al Impresionismo, movimiento artístico fundado en 1874 por Claude Monet con su polémico cuadro, Impresión, sol naciente.
Giverny era en 1883 una pequeña comuna de 300 habitantes que impresionó tanto a Monet, que el pintor decidió fijar residencia en el pueblo.
Primero arrendó una casa rodeada de unos espectaculares jardines y luego la compró. Ese jardín fue el escenario de obras maestras como el ciclo de óleos Los nenúfares, El puente japonés y El estanque de ninfeas.
El gran maestro vivió en Giverny los últimos 43 años de su vida hasta su muerte en 1926. El pueblo se convirtió en referencia de otros grandes artistas como Cézanne, Renoir, Pissarro, Sisley y Matisse.
La localidad se llena de turistas en primavera y verano que van a admirar el jardín florido de Monet.
El Museo Giverny del Impresionismo abrió en 2009. Presenta el surgimiento y desarrollo del célebre movimiento artístico.
La región monta el festival Normandía Impresionista con programas que incluyen exhibiciones de arte impresionista y contemporáneo, teatro, danza, literatura, fotografía y simposios científicos.
8. Saint-Rémy-de-Provence
Saint-Rémy-de-Provence es una pequeña y llamativa ciudad provenzal del departamento de Bocas del Ródano, que fascina por su historia, agradables calles arboladas, casas y edificios de tono ocre pálido y acogedores cafés y restaurantes.
Se trata de otra localidad francesa ligada al genio de Van Gogh, ya que fue el lugar donde pintó Noche estrellada, considerada la obra magna del artista. También fue escenario de la pintura Ante el manicomio, de Saint-Rémy, centro psiquiátrico donde el artista estuvo recluido.
A pocos kilómetros está la ciudad romana de Glanun con numerosos vestigios del pasado romano provenzal.
Saint-Rémy-de-Provence está a 25 km al sur de Aviñón y el Tren de Alta Velocidad cubre en 3 horas y 20 minutos el trayecto entre París y la ciudad que fue sede papal. Esta facilidad permite conocer a los turistas que visitan París Saint-Rémy-de-Provence, Aviñón, Arlés y otras localidades de Provenza.
Otra atracción local es el Monasterio de Saint-Paul-de-Mausole, conjunto románico del siglo XI integrado por la iglesia monacal, el claustro y un campanario.
La corriente del turismo esotérico y astrológico también tiene su espacio en Saint-Rémy-de-Provence, ya que allí nació Nostradamus en 1503.
9. Amboise
La ciudad medieval de Amboise te cautivará con su belleza. Es famosa en el mundo por el castillo de Clos-Lucé, mansión donde Leonardo da Vinci pasó los últimos 3 años de su vida muriendo el 2 de mayo de 1519.
En los sótanos del caserón se encuentran numerosos bocetos de ingeniosos y visionarios artefactos diseñados por el artista e ingeniero militar, como el precursor del helicóptero y del tanque de guerra.
En los jardines igualmente conservados como en tiempos de Leonardo hay maquetas de las adelantadas creaciones.
El Castillo de Amboise forma parte del conjunto de fortificaciones del Loira declarado Patrimonio de la Humanidad.
En la Capilla de Saint-Hubert, en los jardines del castillo, está la tumba de Da Vinci. Otras atracciones de esta comuna francesa son el Musée de la Poste dedicado a la historia del servicio postal, la Torre del Reloj y una fuente realizada por el artista franco-alemán, Max Ernst.
10. Chamonix-Mont-Blanc
Fascinante población alto-saboyana de la región de Auvernia-Ródano-Alpes con el imponente Monte Blanco, el pico más alto de Europa excluyendo Rusia y Georgia, de fondo.
Chamonix-Mont-Blanc se convierte en un agradable lugar para esquiar y practicar otros entretenimientos de invierno cuando las faldas montañosas se cubren de nieve.
En verano, los jardines y balcones se pintan con los rojos, rosas, magentas y blancos de los geranios, mientras los senderistas se alistan para el Tour du Mont Blanc, una de las rutas de trekking más populares de Europa con sus 170 km que atraviesan Francia, Italia y Suiza.
En su teleférico que parte de Chamonix hasta la parte alta de L’Aiguille du Midi (La Aguja del Mediodía), a 3842 metros sobre el nivel del mar, podrás admirar los espectaculares paisajes alpinos.
El recorrido es de 5400 metros, con un ascenso de 20 minutos sin contar el tiempo de permanencia en la estación intermedia de Plan de l’Aiguille.
Las vistas en 360 grados de los Alpes franceses, italianos y suizos, son fantásticas. Un ascensor excavado en la roca cubre el último tramo hasta la cima.
11. Douarnenez
Pequeña ciudad e importante puerto pesquero y deportivo donde está la bahía bretona de Douarnenez, en el departamento del Finisterre, centro de pesca y enlatado de sardinas.
Las mujeres locales son apodadas, “penn sardine,” porque usan un gorro parecido a la cabeza del pez.
Douarnenez es conocida por la kouign-amann, que en lengua bretona significa, “tarta de mantequilla”, inusual pastel dulce con mucha más mantequilla y azúcar que harina de trigo, por lo que se cree fue inventada en época de escasez del cereal. Otra versión señala que la gran cantidad de mantequilla se debe a la influencia de marineros escandinavos.
La panadería des Plomarc’h se atribuye el invento y vende una tarta para 6 personas por 15 €.
El Museo Portuario de Douarnenez exhibe la mayor colección de embarcaciones en Francia. La muestra incluye una veintena de barcos más un centenar de objetos relacionados con la actividad marítima. También abarca exposiciones relacionadas con la industria conservera (en la localidad sigue operando Connétable, la empresa de conservas de sardina más antigua del mundo) y la supervivencia en alta mar.
12. Bayeux
La adorable ciudad medieval de Bayeux está en el departamento normando de Calvados, a poca distancia del Canal de la Mancha. Es perfecta para conocer las playas del Día D por las que desembarcaron los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial, así como su famosa catedral y el museo que alberga el Tapiz de Bayeux, una de las piezas artísticas más importantes de Francia.
La catedral de Nuestra Señora de Bayeux es un monumento nacional originalmente de estilo románico normando. Fue consagrada en 1077 en presencia del duque normando y rey de Inglaterra, Guillermo el Conquistador. Su reconstrucción en estilo gótico fue posterior a los serios daños que sufrió en el siglo XII.
El Tapiz de Bayeux es un enorme lienzo bordado del siglo XI con textos en latín, que ilustra los hechos preliminares que condujeron a la conquista de Inglaterra por los normandos, así como la representación de la Batalla de Hastings, en la que Guillermo el Conquistador derrotó al rey anglosajón Haroldo II en 1066.
El tapiz contiene 58 escenas y por su fluida técnica representativa es llamado el “primer comic de la historia”. Se conserva en el Museo del Tapiz de Bayeux.
13. Bergerac
Bergerac forma parte de la vía lemosina del Camino de Santiago y es una parada obligada en un recorrido por los pueblos más bonitos de Francia.
Aunque era parisino de nacimiento, el personaje más famoso de la localidad es Cyrano de Bergerac, el irreverente escritor francés del siglo XVII que fue inmortalizado por Edmond Rostand en la obra teatral homónima. La estatua de Cyrano es una de las atracciones más fotografiadas de Bergerac.
La localidad se encuentra a orillas del Dordoña, en la región de Nueva Aquitania. Una de las actividades preferidas de los turistas es remontar el río en las embarcaciones tradicionales (gabares) admirando el paisaje.
El área es conocida por sus vinos, especialmente el Monbazillac, un apreciado blanco dulce de Bergerac y por sus restaurantes especializados en foie gras y pato confitado.
A 8 km de Bergerac está el Castillo de Monbazillac, propiedad de la bodega que hace el vino del mismo nombre. Es un monumento del siglo XVI que combina la estructura defensiva medieval con una ornamentación renacentista. Puede ser recorrido en tours libres o guiados que concluyen con una degustación del delicioso vino Monbazillac de la casa.
14. Vendôme
La pequeña ciudad de Vendôme, en el valle del Loira a 176 km al suroeste de París, es un paraíso para los enamorados de la historia por sus numerosos inmuebles históricos y varios restos de su antigua muralla.
En el casco antiguo se encuentra un castillo feudal en medio de un parque con magníficas vistas de los alrededores.
Honoré de Balzac estudió durante 7 años en un internado de Vendôme, período que aún siendo niño marcó decisivamente su vida.
El sector del Loira frente a Vendôme es perfecto para románticos paseos en barco admirando pintorescas casas y puentes.
En la Rue du Change hay bonitas tiendas donde encontrarás un recuerdo de tu visita a la ciudad.
La iglesia de la Madeleine, el edificio del Ayuntamiento, la Puerta Saint Georges y la abadía de la Trinidad, son interesantes atracciones locales.
La abadía está en el centro de Vendôme y la fachada de la iglesia abacial es una de las más destacadas muestras en Francia del gótico flamígero. Fue fundada en 1033 por Godofredo II de Anjou y la iglesia fue reconstruida al gótico en 1271, aunque la impresionante fachada es de 1506.
15. Ribeauvillé
Ribeauvillé es una localidad medieval alsaciana en el departamento del Alto Rin, a 17 km al norte de Colmar y a 65 km al sur de Estrasburgo.
El pueblo con raíces que se remontan al siglo VIII es llamado en alemán, Rappoltsweiler. Está parcialmente bordeado por su antigua muralla y cuenta con llamativas casas, iglesias y castillos medievales.
Los castillos de Girsberg, Haut-Ribeaupierre y Saint-Ulrich, fueron declarados monumentos históricos y dominan la población desde las colinas cercanas.
El castillo de Girsberg fue construido en el siglo XIII y reconstruido poco después tras ser devorado por un incendio provocado por un rayo.
El castillo de Haut-Ribeaupierre domina a las otras dos fortalezas y el castillo de Saint-Ulrich tiene componentes de diferentes épocas.
La mazmorra cuadrada es del siglo XII, el salón de los caballeros y la gran torre residencial, son del XIII y la barbacana de entrada y el recinto externo datan del XIV.
Las iglesias más representativas son la de San Gregorio y la de San Agustín. El templo gregoriano fue declarado monumento nacional en 1994 y destaca por su órgano. El templo agustino, también llamado Iglesia de la Providencia, fue declarado monumento histórico en 1932.
16. Sarlat-la-Canéda
Entre los pueblos más bonitos de Francia, la ciudad medieval de Sarlat-la-Canéda es una de las mejores para apreciar cómo era la vida en Europa hace más de 700 años.
Se encuentra en el departamento de Dordoña, perteneciente a la región de Nueva Aquitania, en el suroeste del país, y es tanto el realismo y su autenticidad que ha sido set de grabación de películas ambientadas en la Edad Media.
Estás invitado a conocerla a través de sus laberintos y callejones empedrados, deteniéndote en sus sitios de interés y descubriendo restaurantes escondidos donde degustarás la deliciosa cocina aquitana.
La zona es conocida por sus granjas para la ceba de ocas y patos, con los que se produce el foie gras, una de las exquisiteces de la gastronomía francesa.
Una de las principales atracciones de Sarlat-la-Canéda es la Casa de la Boétie, inmueble renacentista del siglo XVI y lugar de nacimiento del humanista y poeta, Étienne de La Boétie.
17. Étretat
El pueblo marítimo de Étretat, en la costa de Alabastro, ofrece algunos de los paisajes más espectaculares de Normandía y del norte de Francia.
La principal atracción del lugar son sus acantilados de tiza que incluyen una formación puntiaguda llamada la Aguja (lAiguille) que se eleva 70 metros sobre el mar y varios arcos naturalmente esculpidos por los elementos. Estos acantilados fueron pintados por grandes artistas como Monet, Courbet y Boudin.
Una caminata hasta la bonita capilla de Notre-Dame de la Garde, continuando por los acantilados y disfrutando de las hermosas vistas de la costa de tiza y del canal de la Mancha, es el mejor paseo que podrás hacer en Étretat.
En los restaurantes de la población sirven frescos mariscos y los moules-frites, mejillones con papas fritas típicos del norte de Francia y de Bélgica. Para acompañar, nada mejor que la sabrosa sidra local.
Étretat fue la última localidad francesa donde fue visto el biplano “El Pájaro Blanco”, el avión tripulado por Charles Nungesser y François Coli, héroes franceses de la Primera Guerra Mundial que intentaron sin éxito volar de París a Nueva York. Desaparecieron en el Atlántico en mayo de 1927.
18. Villefranche Sur Mer
Encantador pueblo provenzal de pescadores en el departamento de los Alpes Marítimos, en la costa mediterránea suroriental de Francia. Está a 7 km al este de Niza y a 16 km de Montecarlo (Mónaco), por lo que es una cómoda excursión de un día para quienes se instalan en la ciudad francesa o en la del principado.
Villefranche Sur Mer ha sido un concurrido lugar de veraneo desde el siglo XIX y ahora su puerto es el más importante de Francia en cruceros de recreo.
Entre sus principales atracciones se encuentran la capilla de San Pedro, la iglesia de San Miguel y el puerto de la Darse. El primero de estos lugares está en el muelle Courbet con un interior cubierto por un fresco pintado por Jean Cocteau en 1957.
La iglesia de San Miguel es un monumento histórico del siglo XV en el centro de la ciudad antigua, con una transformación en el siglo XVIII. Su estilo es barroco italiano y alberga varias obras de arte, incluida un Cristo esculpido en el siglo XVIII y un cuadro de San Miguel.
19. Saint-Émilion
Saint-Émilion es una pequeña ciudad a 44 km al oeste de Burdeos. Da nombre a una de las conocidas denominaciones de vinos de la famosa zona vitivinícola francesa, en la región de Nueva Aquitania.
Los primeros viñedos locales fueron plantados por los romanos en el siglo II. Dos siglos después los poetas latinos ya elogiaban la calidad del vino.
El nombre original del pueblo fue Ascumbas y cambió en el siglo VIII cuando un monje y confesor viajero de nombre Émilion se instaló en una ermita que talló en la roca.
Saint-Émilion es junto con Médoc, Pomerol y Graves, una de las principales zonas del vino bordelés. Está junto a Pomerol y es mucho más pequeña que Médoc. Los principales varietales utilizados son merlot y cabernet franc, con pequeñas cantidades de cabernet sauvignon por parte de algunos productores.
Los vinos de Saint-Émilion clasificados como Premiers grands crus classes A son: Château Ausone, Château Cheval Blanc, Château pavie y Château angelus.
La población fue declarada Patrimonio de la Humanidad por su historia vitivinícola, casco medieval de calles estrechas y empedradas, románticas iglesias y ruinas.
20. Vézelay
Pueblito borgoñés del departamento de Yonne a 227 km al sureste de París. Su principal atracción es la Basílica de Santa María Magdalena de Vézelay, a la que se llega a través de un empinado camino.
La basílica fue el templo de una abadía benedictina y cluniacense construida en 1037, que rápidamente ganó reputación como sitio de peregrinación, tanto que los reyes y aristócratas franceses peregrinaban a la abadía antes de partir en una cruzada.
Aunque parte de su decoración fue dañada durante la Revolución Francesa, aún conserva magníficos esculpidos en capiteles y pórticos, siendo en Borgoña una obra maestra del arte románico.
El paisaje que rodea a la basílica está salpicado de viñedos que dan vistas impresionantes. El lugar fue declarado Patrimonio de la Humanidad y marca el punto de partida de una ruta de peregrinación hacia Santiago de Compostela.
A 6 km al sureste de Vézelay está el sitio arqueológico de las Fuentes Saladas, un monumento histórico con las ruinas de unos baños galo-romanos.
21. Sainte-Mère-Église
Comuna francesa en el departamento de La Manche célebre por haber sido la primera población de Europa en ser liberada por los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se realizó la invasión por Normandía comenzada el Día D (6/6/1944).
Sainte-Mère-Église recuerda el acontecimiento con una fiesta popular cada 6 de junio, con veteranos que visten sus uniformes con medallas, música y barbacoas callejeras. En la iglesia un maniquí simula ser John Steele, paracaidista estadounidense famoso por aterrizar en el campanario del templo durante las primeras horas de la invasión. Steele fue un asiduo visitante de Sainte-Mère-Église durante los aniversarios del Día D hasta su muerte en 1969.
En el pueblo funciona el Museo Aerotransportado dedicado a los soldados y paracaidistas franceses de las divisiones aerotransportadas, que descendieron en Normandía durante la invasión.
Un edificio tiene la forma de paracaídas y otro la de un planeador. Se exhiben más de 10 mil objetos, incluyendo el único planeador WACO que queda en Francia, un avión C-47, chaquetas, cascos y botas que pertenecieron a altos oficiales participantes y las medallas otorgadas a John Steele.
22. Valensole
Visita Valensole en verano para que admires y aspires el aroma de sus campos florecidos de lavanda. Es una de las principales localidades de la Ruta de la Lavanda 5, que va de la Alta Provenza a las Gargantas del Verdon junto con otros encantadores pueblos como Digne y Castellane.
En la meseta de Valensole, la vista de los campos teñidos de violeta claro se pierde en el infinito, mientras las abejas liban estas flores dándole un sabor especial a la miel local.
La floración comienza a mediados de junio con operadoras turísticas que cubren la ruta por los campos de flor, los pintorescos pueblos y por los acogedores restaurantes de comida provenzal.
La iglesia de San Blas fue comenzada en el siglo XII con una fachada románica y un notable coro en estilo gótico añadido en el siglo XIV.
El Clos de Villeneuve es una casa de campo provenzal del siglo XVIII notable por sus bellos jardines. Fue construida por la familia Villeneuve, una de las más importantes de Provenza. El castillo del Gran Jardín es otro bello inmueble local.
23. Carcasona
La ciudadela medieval de Carcasona, restaurada en el siglo XIX por Eugène Viollet-le-Duc, es uno de los conjuntos arquitectónicos de la Edad Media más grandes y mejor conservados de Europa.
La ciudadela fortificada conocida coloquialmente como la Cité está en la orilla derecha del río Aude y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997.
El rol defensivo de la ciudadela a lo largo de la historia condicionó su compleja estructura, siendo un notable ejemplo de arquitectura militar.
Sus 53 torres y torretas se asoman a fosos, puentes levadizos y calles empedradas, formando un bello y recio conjunto.
Otra atracción de Carcasona es la basílica de Saint-Nazaire y la catedral. La primera de estas es una iglesia románica del siglo XI ampliada en estilo gótico en el siglo XIX. Fue la catedral de la ciudad hasta 1803.
La catedral de Carcasona fue construida en el siglo XIII por el rey Luis IX, el futuro San Luis. Fue elevada al rango de catedral en 1803 y es un monumento histórico de Francia.
Carcasona es conocida por los petits carcassonnais, unos deliciosos bizcochos hechos con almendras, harina de maíz, huevos, azúcar, vainilla, mantequilla y cáscara de naranja.
24. Arromanches-les-Bains
Bonita ciudad en la costa normanda cuya playa recibió el nombre en clave de Gold Beach durante el desembarco aliado en Normandía.
Para poder desembarcar tropas, equipos de guerra y suministros, los estadounidenses y británicos diseñaron un ingenioso sistema de muelles flotantes que remolcaron desde Inglaterra a través del Canal de la Mancha. Muchos de estos testimonios físicos se conservan en la playa de Arromanches-les-Bains.
Los visitantes pueden acercarse a estas estructuras de acero y concreto que hicieron posible el desembarco, formación del frente de guerra que encerró a Hitler entre dos fuegos y ayudó a terminar con la Alemania nazi.
Por haber sido escenario de la Batalla de Normandía, Arromanches guarda sitios relacionados con la Segunda Guerra Mundial, siendo uno de ellos el Museo del Desembarco.
Este recinto está en la explanada que bordea Gold Beach, donde se montó el puerto artificial. Los visitantes pueden ver las maquetas fabricadas para ilustrar la operación de desembarco, así como avistar los restos de las estructuras a través de las ventanas.
Otro sitio de interés de Arromanches-les-Bains es la iglesia de San Pedro, un templo neorrománico del siglo XIX.
25. Villeneuve-lès-Avignon
Villeneuve-lès-Avignon es uno de los pueblos más bonitos de Francia con su cartuja, su colegiata y su fortaleza medieval. Una comuna de 12 mil habitantes perteneciente al departamento de Gard de la región de Occitania, en el sur del país.
Aunque es una localidad pequeña tiene mucho para explorar como monumentos históricos.
La Cartuja de Notre-Dame-de-val-de-Bénédiction es un antiguo monasterio cartujo que destaca por las pinturas al fresco del siglo XIV realizadas en la capilla por el italiano, Matteo Giovannetti. Alberga la tumba de Inocencio VI, papa que reinó en Aviñón entre 1352 y 1362 y consiguió que Francia e Inglaterra firmaran el tratado que puso fin a la Guerra de los Cien Años.
La colegiata de Notre-Dame es un templo gótico del siglo XIV incluida en la lista de monumentos históricos elaborada en Francia en 1862.
La fortaleza de San Andrés fue construida durante la última década del siglo XIII por Felipe IV, el rey que llevó a Francia a la cúspide de su poder medieval. Su función era proteger a la antigua abadía de San Andrés.
26. Eze
Pueblo del departamento de los Alpes Marítimos encaramado en un acantilado de la Costa Azul, con calles empedradas, hermosos jardines, cafeterías y galerías, que constituyen un refugio para el turista que busca tranquilidad.
A la playa Eze-sur-Mer se puede llegar mediante una larga y espectacular caminata, por las increíbles vistas mediterráneas.
De la orilla del mar parte una calle que conduce al pueblo llamada “Camino de Nietzsche”, ya que el célebre filósofo y poeta lo recorría cuando se radicó en la Costa Azul entre 1883 y 1884. Allí el pensador alemán se inspiró para escribir la tercera parte de su famoso poema filosófico, Así habló Zaratustra.
Otras atracciones de Eze son la iglesia de la Asunción, varias capillas, las ruinas de un castillo medieval y un jardín botánico con plantas exóticas.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es un templo neoclásico del siglo XVIII, con un campanario añadido en el siglo XIX declarado monumento histórico.
Su fachada clásica está perforada por un ojo de buey y tiene una doble pilastra corintia con un campanario cuadrado. El exterior neoclásico contrasta con su interior en estilo barroco.
27. Verteuil-Sur-Charente
Verteuil es un pueblo de cuento de hadas en el departamento de Charente, en la región de Nueva Aquitania.
Su principal atracción es el Castillo de Verteuil donde el célebre moralista y memorialista del siglo XVII, François de La Rochefoucauld, escribió sus Máximas.
La fortaleza fue construida en el siglo XI por la familia La Rochefoucauld y destaca por su riqueza artística, siendo uno de los monumentos más destacables de Charente. Está en un bonito parque levantado en el siglo XIX dominando el río Charente con su fortificación triangular.
La puerta de caballería de la entrada está flanqueada por 2 torres redondas y detrás están los edificios de 2 pisos formando un ángulo obtuso. En los meses de verano hay visitas guiadas al castillo.
Otras atracciones locales son la iglesia parroquial y el antiguo convento. La iglesia de Saint-Médard es un inmueble del siglo XII declarado monumento nacional, que alberga un entierro atribuido al escultor renacentista parisino, Germain Pilon.
El antiguo convento franciscano, construido en la segunda mitad del siglo XV en una isla del río Charente, es un monumento histórico de propiedad privada.
28. Porquerolles
Porquerolles es una isla con una pequeña población en el extremo sur de la península de Giens, en el sureste de Francia. Tiene una superficie de 12.5 km2, siendo la más grande y occidental de las islas de Hyères.
Fue asolada por piratas, como todas las islas mediterráneas. Existe la leyenda de que algunos saqueadores del mar sepultaron sus tesoros allí. El pueblo fue fundado en 1820. En 1837 se construyó el faro y en 1850, la iglesia.
La isla forma parte del Parque Nacional Port-Cros y alberga el Conservatorio Botánico Nacional de Porquerolles.
Los visitantes van a practicar senderismo, ciclismo y buceo, a observar la naturaleza y a disfrutar de las playas.
En la localidad hay algunas atracciones como la iglesia de Santa Ana, el castillo de Sainte-Agathe y los fuertes del Arrepentimiento y del Gran Langoustier.
El castillo de Sainte-Agathe es un monumento histórico constituido principalmente por una torre de artillería y un recinto de forma cuadrada.
La construcción de la fortaleza del Gran Langoustier fue ordenada por el cardenal Richelieu como un elemento más para la defensa. El faro de la isla tiene 20.6 metros de altura y es de 1830.
29. Gassin
Gassin es un hermoso pueblo provenzal encaramado en una roca que domina el Golfo de Saint-Tropez, ofreciendo fabulosas vistas de la bahía de Cavalaire. Está a 9 km al suroeste de Saint-Tropez con un valioso patrimonio arquitectónico, histórico y natural.
La zona aún conserva amplias áreas sin urbanizar con viñedos, bosques y espacios para jugar golf y polo.
La localidad tiene 3 playas, Moune, Treizain y Bouillabaisse, las dos últimas compartidas con Saint-Tropez.
Moune es una pequeña playa escondida con acceso mediante auto, bicicleta y a pie. Tiene una escuela de deportes acuáticos (vela, catamarán, paddle) y rutas de senderismo de entre 3.7 y 17 km, que atraviesan bosques mediterráneos de pinos blancos de Provenza, pinos paraguas, encinas y robles pubescentes.
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción construida en el siglo XVI es la sede parroquial, aunque el patrono local es San Lorenzo. Está construida sobre las rocas y es sostenida por contrafuertes.
La colección de arte religioso de este templo incluye estatuas, bustos, pinturas, vidrieras y una fuente de mármol. Otras atracciones de Gassin son la capilla Nuestra Señora de la Compasión y el castillo Bertaud.
30. Collonges-la-Rouge
Collonges-la-Rouge es un pueblo del departamento de Corrèze en la región de Nueva Aquitania, que sobresale por su arquitectura única con casi todas sus casas construidas con la piedra arenisca roja que abunda en la zona.
La población de tonos rojizos presenta un hermoso contraste con los campos, castaños y viñedos reverdecidos, entre primavera y verano.
Una caminata por las acogedoras calles disfrutando de sus inmuebles con torreones como salidos de un cuento de hadas, reconforta el espíritu.
Collonges-la-Rouge es llamada la “ciudad de las 25 torres” por la cantidad de estos elementos arquitectónicos situados en las esquinas de las casas de los vecinos más notables y en los recintos cerrados de mansiones rurales.
El punto focal de la localidad es la iglesia de San Pedro, erigida en estilo románico en el siglo XI.
La sala de Henri IV es un salón de vinos y granos que data de finales del siglo XVI. Evoca la pasada actividad comercial en el área y conserva el horno que se utilizaba para hacer pan.
La Casa de la Sirena es sede del Museo de Artes y Tradiciones Populares y de la Asociación de Amigos de Collonges.
Los pueblos más bonitos del sur de Francia
Entre los pueblos más bonitos de Francia por regiones, los del sur destacan por sus paisajes mediterráneos, playas, hermosa arquitectura y deliciosa gastronomía.
Entre estos se encuentran Saint Paul de Vence, Saint-Rémy-de-Provence, Villefranche Sur Mer, Villeneuve-lès-Avignon, Eze, Porquerolles y Gassin.
Otros pueblos del sur de Francia bellos como una postal son Belcastel, Conques, Najac, La Couvertoirade, Sainte-Eulalie-de-Cernon, Cordes sur Ciel, Lauzerte y Montjoi.
La mejor ruta para conocer los pueblos más bonitos de Francia
En un recorrido por la campiña francesa en auto conocerás bellos pueblos rodeados de viñedos y flores, con aromas de vino, lavanda y pan recién horneado.
En la ruta de Burdeos se encuentran preciosas localidades como Saint-Émilion, Sarlat-la-Canéda, Aubeterre-sur-Dronne, Blaye y Pujols.
En la campiña de Borgoña hay maravillosos pueblos típicos para disfrutar de su belleza y de los exquisitos vinos borgoñeses, entre los que se encuentran Vézelay, Châteauneuf-en-Auxois, Brancion, Flavigny-sur-Ozerain y Noyers-sur-Serein.
Pueblos medievales Francia
La Edad Media dejó a Francia repleta de pueblos medievales que primero conformaron los reinos feudales y las monarquías hereditarias y más tarde el estado-nación.
Gran cantidad de estos pueblos del medioevo se han conservado con sus murallas, castillos, fortificaciones, templos y casas de piedra, adobe y madera, con sus graneros, establos y demás dependencias necesarias para la vida diaria.
Algunos de los pueblos medievales más bonitos de Francia son Sarlat-la-Canéda, Collonges-la-Rouge, Rocamadour, Carcasona, Curemonte y Monpazier.
Pueblos de Francia cerca de París
París es el principal destino turístico de Francia y uno de los más importantes del mundo, siendo visitada anualmente por más de 17 millones de personas.
Cerca de París hay muchos pueblos encantadores que reúnen en pequeños recintos buena parte de la cultura francesa y permiten fantásticas excursiones de un día o fin de semana, como Auvers-sur-Oise, Vendôme, Vézelay, La Roche-Guyon, Gerberoy, Noyers y Châteauneuf-en-Auxois.
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